viernes, 12 de abril de 2019

Volví a Santiago de Cuba

Mientras más me acercaba a Santiago de Cuba junto al colectivo de trabajadores del periódico La Demajagua, de la suroriental provincia de Granma, más recordaba todos los viajes y aventuras en la Universidad de Oriente con emoción, quizá le pueda llamar nostalgia.
En esa Ciudad Heroica construí mi lenguaje, el gusto, mi pasión por la literatura y la voluntad por cuidar del idioma... tal vez por eso llegaron a mi mente infinidad de historias.
Primero estuvimos en el periódico Sierra Maestra, donde su directora Olga Thaureaux hizo un breve recorrido desde su fundación hasta la juventud de sus trabajadores; luego llegamos al cementerio Santa Ifigenia a rendir honores a Fidel, a Céspedes, a Mariana, a Martí y a tantos otros hombres y mujeres de Cuba que bien merecen nuestro respeto. 
Lo reconozco, mientras el infinito sonido del silencio nos envolvía a todos, la melodía de mi vida vibraba con hermosas notas e inflamaba el corazón en el estrecho pecho.
Después... bueno, solo Calle Siete y Bayamo, conocen de las incontables historias y travesuras de antes y de ese día.













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