
Es que ¡quién sabe si en el centro escolar José Martí, alguna de las niñas que aprenden sus primeras lecciones, o más grandecitas, entre las que ya cursan el quinto o el sexto grado, hay una que se parece a Nené, la niña del cuento Nené Traviesa, de La Edad de Oro!, esa revista llena de ternura y de gran valor formativo para las nuevas generaciones latinoamericanas escrita por el Apóstol.
Eso, lo sabremos esta mañana, cuando la algarabía infantil dé rienda suelta a la imaginación mientras conmemore el aniversario 160 del Héroe Nacional de Cuba, a través de la narración de pasajes de su vida, juegos, rondas o a través de dramatización de una de sus poesías. ¡Qué linda Los zapaticos de rosa!¡Cuánto placer escucharla una y otra vez! Y siempre nos deja una enseñanza!
La idea de reanimar la institución surgió de Rafael, el profesor que asesora metodológicamente a los instructores; él y un grupo de los jóvenes de artes plásticas "como buenos amigos, con los caballeros de mañana, y con las madres de
mañana", se dieron a la tarea de demostrarles a los príncipes enanos el cuidado, la educación y el amor que aquel hombre y Cuba les profesan.
No tengo dudas, en Mabay hay razones más que suficientes para cultivar una rosa blanca, en junio como en enero, y como reciprocidad al cariño inigualable que nos dejó Martí a través de su literatura infantil, además del agradecimiento al concepto más acabado del conocimiento universal, que trasmitió su obra.