viernes, 26 de julio de 2013

Agustín Díaz Cartaya

Ya es 26! ... y tengo que darme prisa para poder estar en el asalto simbólico con el que pioneros, jóvenes, trovadores y Bayamo todo,  recuerda que un grupo de jóvenes lidereados Fidel Castro, en el año del centenario del Apóstol -1953- quisieron devolverle los sueños al pueblo de Cuba. 
¡Qué emocionante resulta vivir la historia, respirarla, sentirla, reencontarla!. Siempre que nos visita Agustín Díaz Cartaya, el autor de la Marcha del 26 de Julio, recuerdo a mi maestro Rodrigo, quien me enseñó, cuando estudiaba en la Enseñanza Primaria,  que los héroes son de carne y hueso.
Tengo presente aquellas noches de trabajo en los talleres de la Unidad Gráfica José Joaquín Palma, donde se imprimía el periódico La Demajagua, cuando nos impartía magistrales clases, detalles sobre los asaltos a los cuarteles  Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, también y sobre la petición más significativa de su vida. 
Contaba Cartaya que durante las últimas prácticas de tiro, en la finca Santa Elena, Fidel, conocedor de su afición por la música, se acercó para pedirle un himno de combate que identificara al  movimiento. No le resultó difícil, porque encontró la inspiración  en el sufrimiento del pueblo, sometido por la dictadura de Fulgencio Batista, por gobiernos corruptos y entreguistas; en las ideas del Apóstol, las lecciones de patriotismo legadas por las generaciones que nos antecedieron y la causa defendida por el Movimiento. Ahí estaba la letra.
Como se están cumpliendo 60 años del hecho, Calle Siete quiere regalarte  aquella letra convertida, según sus propias palabras, en un arma cívica de gran valor.
Cuando la escucho, y la canto, se me eriza la piel.

Ramiro Sánchez Domínguez y Agustín Díaz Cartaya, asaltantes en Bayamo
Marchando, vamos hacia un ideal
sabiendo que hemos de triunfar
en aras de paz y prosperidad
lucharemos todos por la libertad.

Adelante cubanos
que Cuba premiará nuestro heroísmo
pues somos soldados
que vamos a la Patria liberar
limpiando con fuego

que arrase con esta plaga infernal
de gobernantes indeseables
y de tiranos insaciables
que a Cuba han hundido en el Mal.

La sangre que en Cuba se derramó
nosotros no debemos olvidar
por eso unidos debemos de estar
recordando a aquellos que muertos están.

El pueblo de Cuba...
sumido en su dolor se siente herido
y se ha decidido...
hallar sin tregua una solución
que sirva de ejemplo

a ésos que no tienen compasión
y arriesgaremos decididos
por esta causa hasta la vida
¡que viva la Revolución!

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