Es difícil borrar los recuerdos. Fuera de Calle Siete suceden hechos que no puedo ni debo obviar. Esta semana, por ejemplo, el corazón de Juan Rodríguez Licea, diseñador gráfico y caricaturista jubilado del
periódico La Demajagua, debe haber latido aceleradamente en el homenaje en Bayamo, como parte de las actividades por el 14 de Marzo, Día de la prensa cubana.
A Puchichi, como también se le conoce en el gremio, la delegación de jubilados, de la Unión de
Periodistas de Cuba, en Granma, le dedicó el espacio Tengo
una historia que contar, en la sede provincial de la organización, donde recibió el sello
Aniversario 50 de la Upec, de manos de su esposa y dos de sus tres hijos.
De este colega siempre estará en mi memoria los días y las noches en la redacción del periódico, su romanticismo, su creatividad, entusiasmo, la participación en cuanto concurso aparecía, ya fuera nacional o internacional, la colaboración con publicaciones como la revista Bohemia, Palante ...
en el Museo del humor, en San Antonio de los Baños, y también se le tiene presente por sus maldades. Eso bien lo sabe Alina Maillo Fonseca.
Creó el personaje Optimismo, y sus caricaturas, con las que criticaba y hacía reflexionar sobre diversas debilidades de la cotidianidad, han recorrido países como Brasil, Turquía, Italia, y Francia.
Entre sus logros cuenta, igualmente, el premio Por
la obra de la vida Rubén Castillo Ramos; empero estas palabras, al parecer sólidas y artesanas se volverán frágiles ante la inocencia de su carisma ... Y sé que mañana aparecerá Puchichi, o Juan con todo, por los pasillos de la redacción, con una nueva travesura.
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