Han
pasado 149 años desde el 12 de enero de 1869, el día en el que los habitantes
de Bayamo acataron la decisión patriótica de prenderle fuego a la ciudad y
refugiarse en la manigua, antes de que fuera tomada por el colonizador español:
“Hasta que triunfe la Revolución y lo podamos construir”, de acuerdo con
palabras de Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria.
Durante
ese tiempo los cubanos hemos sido fiel a nuestros principios, que no son otros
que los de defender los valores acunados en el escenario donde comenzaron las luchas por la
independencia y contra la esclavitud, la libertad.
Aquí,
en la primera ciudad libre de Cuba, donde se estableció el primer Gobierno de
la República en Armas y se entonaron, también, las notas de La Bayamesa aquella vibrante
marcha devenida en Himno Nacional, los pobladores legaron a su país una de las más hermosas páginas de dignidad a su país.
Y
no lo dice Calle Siete, sino el Máster en Ciencias Ludín Fonseca, Historiador
de la Ciudad, quien asegura que el hecho constituye uno de los aportes más
importantes en el proceso de formación de la nación y la nacionalidad cubana.
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