Y esa tristeza, no me pertenece a mí únicamente, quizá
pase por los rostros de quienes, como yo, no asistimos a reencontrar
las huellas que la vida marcó en una etapa de disciplina, estudio,
tertulias estudiantiles, deportes, recreación, anécdotas, aprendizaje y
otras complicidades... la bendita juventud, llevados de la mano por un gran hombre y director:
Guillermo Almenares.
Mi
pretensión era la de obedecer la corazonada de la connotación de tal
encuentro, quería venir con mi mejor historia, volver a los años en los
que eran recurrentes nombres como Washington Irving, el primer escritor
norteamericano que ridiculizaba su sociedad mediante la literatura;
Franz Kafka con su Metamorfosis; o las vivencias de Jasón en Medea, de
Eurípides, una tragedia que se conoció 30 años antes de Cristo.
El
día 3 reciente, Bayamo amaneció radiante y su gente alegre por su
fiesta de carnaval, mis compañeros deseaban expectantes, lo sé, las 9:00
de la mañana para hacer realidad la cita acordada ya para el Parque
Granma; mientras tanto mis pensamientos daban rienda suelta a los
Detalles de Roberto Carlos, las noches de Nocturno con mi radio VEF, los
primeros amores y así hasta el rinconcito donde la memoria no omite
ningún recuerdo.
Lamento
la coincidencia con un viaje de recreación. ¡Qué desconsuelo! Ahora
solo me queda vivir con las imágenes publicadas por mis compañeros y
dejar mi nostalgia en su escondite favorito: Calle Siete.
Está muy bonito lo que escribiste, es difícil comentarlo... un beso con mucho cariño Odalita.
ResponderEliminar-HUGO-
Gracias Hugo, tú siempre tan canalleroso. Te quiero mucho.
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