domingo, 20 de junio de 2010

Papá



Quisiera que mis dedos describieran lo que mis labios no alcanzan a expresar en este Día de los padres en Cuba. ¿Cómo definir en un concepto el modo silencioso con que este hombre señala mi camino mientras hace su vida y la mía con optimismo y confianza?
Mi padre, Orlando Blanco, tiene los ojos buenos, la sabiduría de una juventud precaria y la paciencia de quien sabe alimentar a los suyos: cuatro, genéticamente hablando, y tres que le llegaron por el amor a la diosa con quien comparte dolores, alegrías, fracasos, y no juzga sus errores.
A Calle Siete no le alcanza la mirada para otear los sentimientos que este obrero, albañil de oficio y jubilado desde hace 17 años, trasmite en el hogar bayamés que levantó bloque a bloque con manos de humildad, dignidad y abnegación.
¿Te he dicho alguna vez que te amo? Papá, estoy contigo, y si en algún momento te da miedo mirar hacia delante, mira a la izquierda o a la derecha, y allí estaré, a tu lado.

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