jueves, 20 de octubre de 2016

Bayamo y la Fiesta de la Cubanía



Cuando en los caminos de la Mayor de las Antillas se habla de cómo se levanta Guantánamo por encima de los estragos causados por el huracán y los estudiantes fundamentan los alcances criminales del bloqueo impuesto Matthew, los 30 años de la Asociación Hermanos Saíz, joven vanguardia de creadores por Estados Unidos -considerado el mayor peligro externo de nuestra identidad- a Cuba por más de cinco décadas, en la provincia de Granma se extiende alta y limpia la luz del día.
En cualquier pedazo de este suelo, o en el asombro de lo bello que existe en la consagración a lo cercano, a lo sensible, a lo necesario, a la Patria, que es humanidad y condición esencial del cubano para ser universal se respira cubanía, por eso todo es más fácil.
Bayamo, desde el 17 reciente ha vivido hasta hoy, Día de la cultura cubana, intensas jornadas de defensa de lo autóctono, con diversas expresiones culturales y manifestaciones artísticas que alimentaron el espíritu nacional, ese que es savia de lo mejor de la creación formal y conceptual, por su proyección social y su compromiso con el pueblo.
Sin dudas, la Fiesta ha sido un derroche de buen hacer. Elisa llegó trasnochada a La Demajagua, como consecuencia de los intercambios con la música de Pancho Amat, Eliades Ochoa y David Blanco; Luis Carlos Frómeta se refiere con muchos elogios para el acto de entrega del premio José Joaquín Palma, y todos hablan de la presencia  de Miguel Barnet, presidente nacional de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Abel Prieto, ministro de Cultura, y otras personalidades de la intelectualidad como Fernando Martínez Heredia, Premio Nacional de Ciencias Sociales y Rogelio Martínez Furé, Premio Nacional de Literatura 2015.
Entre los atractivos puedo mencionar al evento teórico Crisol de la Nacionalidad Cubana, se develó una escultura en cera de Nicolás Guillén, hubo exposiciones de artes plásticas, descarga de trovadores, poetas y narradores, además de cine, danza y las tradiciones.
Cada año se celebra aquí el Día de la cultura cubana, como conmemoración del 20 de octubre de 1868, cuando las tropas mambisas, al mando de Carlos Manuel de Céspedes liberaron la ciudad de Bayamo y el pueblo entonó por vez primera La Bayamesa, devenido Himno Nacional.
Existió coherencia y sutileza en la Fiesta de la Cubanía, empero a Isabel Arias Machado, mi prima, que llegó a Calle Siete desde el Mariel lo que más le impresionó fueron las estatuas vivientes.











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