
A la altura de su edad, la emoción de mi madre siempre crece cuando cuenta anécdotas e historias que la acompañan y anidan en los recovecos de su fisonomía. Ella es de las que desayunan café con sueños sin hablar del neoliberalismo que nos recetan otros sitios cercanos y lejanos de Cuba.
Ebis Luisa González Tornés recuerda un lugar singular, evocador de palabras cultivadas e imágenes elocuentes, la metáfora perfecta, la excusa ideal, cabecera y pies para quien prefiera solo cantar en la intimidad de los pensamientos ... aun cuando, generalmente, deja volar la imaginación.
En ese mundo tan sencillo y para Calle Siete, al mismo tiempo, amargo, a veces, la magia que lleva dentro se adueña de las palabras, entonces deja asomar un punto de la conexión con sus miedos y aparecen respuestas que descarga con energía en las ingenuas ocurrencias cotidianas que sacan la sonrisa de quienes la escuchan.
Así, por ejemplo, en una conversación en la que nos referíamos a los riesgos a los que se enfrentan las adolescentes que tienen una actitud irresponsable con respecto a la sexualidad, ni corta ni perezosa, soltó una carcajada y aseguró: ¨Por eso yo no me embarazo¨.